miércoles, 16 de mayo de 2012
Epitaph
Igual que las ballenas, este verano fuimos al Polo Norte, huyendo del calor. Pero tuvimos mala suerte. Mis padres se pelearon como nunca (rompieron a gritos un iceberg). Mi abuelo, hombre práctico, aprovechó para morirse. Tras lentas lágrimas de hielo, mi abuela también. Yo me enamoré de una esquimal, que me congeló el alma. El último día, dos alces nos atacaron bajo la nieve. A mi hermana, que les tiró una bota, se le puso azul el pie y tuvieron que cortárselo con un serrucho. Ahora huimos del frío, en dirección al sur, igual que las golondrinas... Siempre habrá un lugar donde....
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Cuánta sabiduría trasmites, Dios mío!
ResponderEliminara la golondrina la mato un cazador...
la bala.
Menos poesia i mes escalar borraxos!
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